lunes, 25 de junio de 2012

¡Estamos salidos!



Estamos salidos. Estamos salidos y eso es así. Es un hecho. Es una realidad que debemos asumir. Nos gusta el sexo. Nos gusta y mucho, más que a un tonto una gorra a cuadros. Pero ojo, esto no es directamente culpa nuestra. Esto se debe a que genéticamente ya estábamos programados para darle a la zambomba y a restregarnos con lo primero que pase por delante, siempre que nos diera gustirrinín.

Ya a nuestros ancestros los monetes les gustaba el sobeteo y las guarrerías varias:


Nuestros primos Australopithecus y el resto de homínidos que nos anteceden ya se tocaban viendo las pinturas rupestres de la PlayCromagnon.
Y es que es lógico que los primeros humanos se dieran al restregón sin mesura ninguna. En esa época en la que aún no se dominaba el fuego, en esas cuevas en las que no existía la calefacción central, había que buscar alguna manera de obtener calor, y si encima te lo pasabas bien, pues esos ratitos que se llevaban para el cuerpo.
Esta tendencia natural al folleteo de nuestro antepasados hace que hoy en día sintamos una inclinación natural a meterla en caliente. No es vicio, es biología.

De este modo, la tendencia natural del ser humano ha sido buscar a una pareja o varias, a las que poder dar y/o recibir butifarra. De esta búsqueda de pareja nacen las distintas tendencias sexuales.
Así tenemos:

  •  Los heterosexuales, donde gente de distinto sexo se atráen y se unen para frotar el genitalismo.

  • Los homosexuales, donde tenemos a los gayers. Estos son tíos a los que les gusta que les empujen la caca para dentro, que les huela la espalda a pecho de hombre, la lucha de sables y el zumo de hombre. También están las lesbianas. Se trata de mujeres con cierta inclinción a la gastronomía, en especial por la repostería, más concretamente por la bollería; a las tortillas y a la marisquería, en concreto los bivalvos.

  • Los bisexuales, opción en la que se da a los dos palos. No hay que verlo como vicio, sino como una oportunidad para follar más.

  • Los sadomasoquistas. A estos una hostia a tiempo les pone a andar.

  • Los travestis. Estas son chicas con sorpresa. Ahí lo dejo...

  • La zoofilia, muy practicada entre el gremio pastoril y por Bella de Crepúsculo.


Existen otro tipo de tendencias aún más raras:


  • La necrofilia, hacerlo con muertos. Esto también lo domina Bella...

  • La alvinolagnia, atracción sexual por los estómagos. Falete su gran fetiche.

  • La autoungulafilia, excitación por rascarse los genitales. Esto se da mucho en los funcionarios.

  • La dendrofilia, excitación por frotarse con los árboles. El Jardín Botánico, ese gran burdel...

  • La zemifilia, atracción por los topos. La gente está fatal...

Claro, tantas opciones pueden generar en ocasiones que se creen dudas. Este es el caso de Luis Pana, el "Mortadelo de la canción", que no lo tiene muy claro...


Pues qué quieres que te diga, él no lo tendrá claro, pero yo no tengo ninguna duda de lo que le gusta... Por cierto el video es de esos que son como para enmarcar. ¡Que argumento! ¡Que vestuario! Esos cambiós de personaje y como consigue meterse en ellos, se nota que impera el método Stanislavski. ¡Esa introducción oriental sin sentido ninguno! ¡Y esa coreografía que solo ha podido salir de genios del baile como Víctor Ullate, Poty o Leonardo Dantés!

Aunque en ocasiones las dudas son mucho más severas, como el hombre-mujer:




Si conseguís enganchar a alguien con quien acostaros, hay que tener cuidado de qué os estáis llevando a la cama. Si sois hombres, seguramente no tendréis muchas oportunidades de elegir, y tendréis que apañaros con la pobre moza a la que habéis engañado. Distinto es el caso de las chicas, que suelen ser ellas las que eligen con quien se van a la cama y con quien no. En este caso, cuidado porque puede haber sorpresas:



Se podría justificar con que está gordo, ya sabéis que existen cuatro grados de gordura según la capacidad de verse el pene (1- se observa el pene; 2- no se ve el pene; 3- no se ve el pene ni tieso; 4- no se ve el pene, ni la cara de quien se lo chupa). También se podría decir que hace mucho frío. Pero no, la tiene pequeña. De hecho no tiene pelos en los huevos, tiene pestañas.



El pene-seta. Lo bueno de este pene es que no tendrá ladillas, solo Pitufos, y esos raticos divertidos que os lleváis.



Esto aún no sé qué cojones es...



Pero cuidado, porque los sustos no solo llegan por abajo, también pueden venir por arriba:



Este chico tiene los pezones como dos salchichillas de unas salchipapas de la feria; como dos dedos índices inquisitores que señalan sin piedad; como dos exprimidores de naranjas; como timbres de castillo. Este chaval puede colgarse abrigos de pana mojados que los sostiene, puede rayar cristal, descorchar botellas e incluso hacer flexiones con los pezones. En las fiestas del pueblo le pueden dar dos bengalas y actuar de toro embolado. Puede trabajar en el Mercadona subiendo palés con los pezones.


Chicas, también hay que vigilar otros detalles,no solo el aspeco físico. Puede ser un error acostarse con una persona torpe en la cama, poco experimentada o que se ponga fácilmente nerviosa, ya que el resultado puede ser catastrófico...



Como he dicho, los chicos normalmente solo follan cuando ellas quieren, pero si queréis llevaros a una chica a la cama, ahí van unos consejitos para conseguirlo:

  • Arréglate y cuida tu aspecto.
  • Muéstrate misterioso e interesante.
  • Se caballeroso. Aunque pueda parecer anticuado, abrirles la puerta del coche funciona.
  • Dale conversación.
  • Escúchala.
  • Se cariñoso.
  • Se atento con ella y detallista. No está de más regalarle algo bonito, como un ramo de rosas.




Si esto no funciona, siempre nos quedará la única que nunca nos fallará y estará dispuesta a darnos todo ese amor que otra gente se niega a darnos, nuestra mano. No nos falla nunca (salvo casos de tendinitis o en los los mancos...). La unión y complicidad que un hombre tiene con su mano se puede medir por el número de callos que esta presenta, llegando a darse casos de manos solo comparables a la de los pelotaris vascos.

Gracias a ellas y a la cantidad de porno que podemos encontrar hoy en día en Internet, muchos hombres han optado por la vía de no complicarse la vida y no se molestan en buscar pareja y sobreviven fantaseando con las actrices de sus películas porno.
He de decir, que si se pone algo de empeño se puede acabar con una de esas actrices porno. Es bastante sencillo, ya que no hay que estudiar mucho, si te fijas en sus películas suelen acabar con tíos con profesiones cutres como fontanero, pizzero...

Entre todo el porno que se puede encontrar en la red se puede encontrar de todos los tipos, desde jovencitas a verdaderas abuelas a las que ponen a IV patas (lo pongo en números romanos por la edad de algunas de estas actrices... ). Pero sin duda las dos películas más raras que he encontrado son las siguientes:



Pues sí, hay gente a la que le pone ver como se follan a E.T., un bichejo marrón y brillante, lo más parecido a la mierda con ojos del WhatsApp que he visto nunca. Si es que estaba claro, E.T. vino a la Tierra de turismo sexual, somos la Tailandia del universo. ¿De qué si no esa escena en la que el bicho se pone enfermo, pálido y con tiritona? ¡Una sífilis que pilló! ¡Se hichó a follar!



Pero dentro del porno también hay un hueco para los sentimientos y el drama, no todo van a ser orgías y desmadre. Esta es la historia de una joven avergonzada por su aspecto y su lucha por llevar una vida normal y ser respetada y amada como se merece... ¡¡ CaraCoño!!



Mirar sus ojitos... ¡Que penita y que triteza! ¿No véis que está sufriendo?




Es que en Internet podemos encontrar de todo y todos hemos buscado algo de esto y nos hemos tocado. TODOS. No nos hagamos los dignos ahora. Repito, todos nos hemos tocado. Así que desconfiar hasta de vuestra abuela si alguna vez os pide vuestro ordenador para buscar al viejo de Saber Vivir y comprarle el tensiómetro, porque en realidad, lo que puede estar pasando es que quiere pasarse a Torreiglesias por la piedra.


Este hombre ha hecho más por las abuelas de este país que la insulina y el sintom juntos. ¡Chotas perdidas las tiene! ¡CHOTAS!

Estamos salidos y nos tocamos. Somos así. Y no vayáis de finos diciendo que no lo hacéis porque sí, todos lo hacemos. He aquí un video explicativo para el desconfiado:





Esto es así. Y no hay nada malo en tocarse, al contrario. Masturbarse supone un montón de ventajas para la salud, al igual que no tener que decir "te quiero" al acabar. Y no hagáis caso a esa gente que dice que si te tocas mucho acabarás ciego, sordo, calvo, mudo, cojo o cualquier otra cosa por el estilo, porque es mentira, nada eso pasa por pajearse. Eso sí, no lo hagáis con mucha frecuencia y excesiva fueza que luego se da de sí...





¡A tocarse majos!


















Si después de todo esto, véis un polla de peluche y no un perrito, estáis muy mal....