domingo, 1 de abril de 2012

Hilo musical

Hoy vamos a abordar uno de mis últimos descubrimientos musicales. Se trata de una canción que desde el primer momento que la escuché supe que estaba destinada a combertirse en un gran éxito. Pero no un éxito efímero y pasajero como las canciones del verano, no. Esta canción, que yo la trataría de obra maestra, tiene como único cometido perdurar por los siglos de los siglos, uniéndose a la selecta lista de canciones que forman parte de los himnos universales, tales como la 9º Sinfonía de Beethoven o la más contemporánea, Imagine de John Lennon.

Si Salieri hubiera conocido esta canción, no hubiera perdido el tiempo con absurdas rivalidades con Mozart, de nada le hubiera servido competir con el austriaco frente a la genialidad de esta canción.

La grandeza de esta obra no está en la parte musical, que también, sino en la letra. ¡Es pura poesía! Fente a estos versos, Quevedo y el mismísimo Antonio Machado son simples aficionados, su poesía frente a esta canción se asemeja a los poemas pintados con edding, o en su defecto, rayados con llave en las puertas de algún retrete de bar. La letra, cuya temática es tan profunda que conmueve al oyente y acaricia sus sentimiento, es sin duda alguna lo mejor de esta canción.

¡Que belleza! ¡Que figuras literarias! ¡Con que maestría utiliza el autor el hipérbaton, la anadiplosis y la aliteración!

Por no hablar de la genialidad con la que mezcla pareados con redondillas y el uso del verso alejandrino.

Aquí está la obra. Disfrutarla.




Entiendo que se abogue por la integración de minusválidos en el mundo de la música, tomar como ejemplo a El Langui o Karmele Marchante, pero ¿qué necesidad había de poner a un sordomudo como cantante? ¿Qué será lo próximo? ¿Pianistas mancos, tal vez? La duda queda en el aire...

1 comentario:

  1. mmmm no se sabe que idioma es jaja muy wena la entrada, sarcasmo desgarrador xD

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